El periodista uruguayo Leonardo Haberkon, corresponsal de la agencia Associated Press en Montevideo, y profesor de periodismo ha dicho que deja la docencia ante la batalla perdida frente al desinterés de sus alumnos motivado, en parte, por el uso del teléfono móvil durante sus clases. Lo contaba en una entrada en su blog, que además ha reproducido un medio (al parecer, sin su permiso, y que yo descubría en Twitter, compartido con cierto estupor por Carme Chaparro, presentadora de Informativos Telecinco que incluía el comentario: «Brutal. Texto del día, de la semana y del año») Decía en este texto quue sus alumnos de periodismo, además, apenas conocen los temas de actualidad y a veces ni siquiera la historia y que solo están pendientes de su celular. Es cierto que es una realidad, pero también es posible hacerle frente, motivales y sacarle partido al uso de esa tecnología con la que ellos han crecido y conviven. Ser periodista es algo vocacional y en ocasiones, eligen esta carrera y no saben bien por qué, pero hay que orientarles y ayudarles a conseguir encontrarla y no hay que tirar la toalla.
En mis clases el móvil se usa para compartir noticias de última hora, como el otro día, cuando se conoció la detención del francotirador que quería atentar contra Pedro Sánchez. Lo emplean para tomar notas, porque ya no llevan bolígrafo y libreta, sino su blog de notas del móvil. Y desde ahí consultan para poder contar una información en directo ante la cámara tras una rueda de prensa a la que asisten en mis clases. Y les dejo, sin problema. Y hacemos periodismo móvil, en formato 360º, ( periodismo digital, radiofónico, televisivo y de redes), MOJO, con temas que les pueden interesar a despertar esa vocación por contar historias, y funciona. Tenemos cuenta de Twitter e Intagram de la asignatura y un grupo de Facebook donde compartimos noticias de interés de la profesión. Y en clase de radio, mi compañero Mario Alcudia, consigue que al final, se sepan la actualidad, porque si no, no hay manera de poder hacer las prácticas y aprender a editar un informativo. Y tenemos un blog donde ellos comparten sus entrevistas, y un canal de YouTube en el que también participan, donde tratamos de mostrar la teoría de una forma entretenida, que a ellos les llegue y al final resulta. Escribimos libros que les pueden interesar, como el de los corresponsales, que además fue motivado por la curiosidad de una alumna, Carmen Corazzini, que quería ser corresponsal y no sabía cómo hacer. Y traemos a la Facultad a profesionales, como Ángeles Blanco, editora y presentadora de Informativos Telecinco, para que les acerque su experiencia y su pasión por el periodismo informativo televisivo, y funciona. Durante su intervención, de una hora, los móviles se usaban solo para tuitear lo que decía pero no para ver Instagram o los mensajes de los amigos.
En clase de teoría, siempre les animamos a compartir noticias relacionadas con la asignatura que impartimos: Periodismo en Radio y Televisión y además, iniciamos la sesión con un vídeo motivador relacionado con la profesión, como el discurso de de Alma Guillermoprieto, Premio Princesa de Asturias de este año de Comunicación o Humanidades, o mostrando cómo Sandra Golpe presenta el informativo de Antena 3 Noticias haciendo uso de la realidad virtual, o cómo los presentadores de la CNN siguieron frente a cámara, presentando, durante la amenaza de bomba. Se trata de motivales y de arrancar en ellos la pasión que, a nosotros, como profesionales, nos despierta este bello y noble oficio, pero no podemos pretender que sean ni como nosotros fuimos, ni que ejerzan el periodismo igual, porque cada uno es de su tiempo y hay que convivir con ello. Además, el periodismo está en pleno proceso evolutivo y con ello hay que saber vivir y aprender cada día. En mis clases de teoría no se usa el móvil porque no paro de interactuar con ellos y de preguntarles para que participen y no se dediquen solo a tomar apuntes y les hago reflexionar y pensar. Eso sí, es realmente agotador y termino las clases a veces exhausta de pensar cómo atraer su atención, pero me voy satisfecha. Soy consciente de que no todos van a ser periodistas, ni van a contar noticias, pero al menos, habrá algunos que sí se dediquen a esta bella profesión y aunque sea solo por uno, habrá merecido la pena el esfuerzo.
El problema de esta generación es la sobreabundancia informativa, reciben tanta información y por tantos canales, y lo tienen tan fácil, que eso les atrofia la curiosidad, pero eso incluso también se lo tenemos que enseñar. Yo les digo que miren alrededor, que observen su realidad, que lean todo lo que se encuentren a mano, y que yo, simplemente de ir en el autobús o en el metro, cada día pienso en innumerables historias que poder relatar. Que hagan ese ejercicio de preguntarse y de cuestionarse todo y entonces serán periodistas. Yo no pienso rendirme porque sé que al final merece y mucho la pena, enseñar y lo más importante: que ellos aprendan.